Empezamos nuestro viaje. En estos momentos tenemos nuestras alfombras dispuestas a acogernos para levantar el vuelo. Nuestro viaje es interior.
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Vamos a dejar llevarnos por nuestra respiración, en una postura cómoda, con la espalda recta.
Nos concentramos en la expiración, para reconocer e identificar nuestros pensamientos, que vienen y van, sin cesar. Sin darles más importancia que este hecho. Viajamos con nuestros pensamientos, los observamos como nubes que pasan por el cielo, y los dejamos ir. Nos sujeta nuestra postura.